El líder, ¿nace o se hace?

El líder, ¿nace o se hace?
25 Ene 2013

Comenzaré por definir “liderazgo”. Consiste en la capacidad de inspirar y guiar a individuos o grupos.

Por lo tanto, líder, (del inglés leader), es una persona que actúa como guía o jefe de un grupo. Es el modelo para todos los componentes que integran dicho grupo o equipo humano. Evidentemente, para que ese liderazgo sea efectivo, deben serles reconocidas al líder unas capacidades o cualidades. Como tiene que gozar de la facultad de influir en otras personas, su conducta o sus palabras tienen que lograr incentivar a los miembros de su grupo para que trabajen juntos hasta alcanzar un objetivo común.

Podría decirse que existen líderes innatos, es decir que desde su infancia ya lo son y lo obtienen de manera natural. En este caso, está claro que el líder nace. En cambio, también se puede formar a un líder dándole las herramientas adecuadas para adquirir esa condición; por lo tanto, en este otro caso, se hace.

A nivel laboral, puedo pensar que un líder es alguien que toma o intenta tomar decisiones que afectan a la empresa de manera positiva, que puede reunir a un equipo dispar y conseguir que trabajen para alcanzar una meta u objetivo común. Pero el hecho de ser gerente o director, creo que no le convierte en líder, puesto que para ello tiene que gozar de unas cualidades con las que no todos los líderes cuentan para destacarse de la colectividad. ¿Cuáles son esas cualidades que hacen distinguir a un líder del resto del grupo?.

Una característica muy importante a tener en cuenta es contar con carisma, aunque lo considero no fundamental, puesto que hay otras muchas, quizás más eficientes, que en su conjunto o mezcladas, desarrollarían esta figura casi a la “perfección”, pero este término me atrevería a decir que no existe.

Debe tener conocimiento del negocio para poder trabajar para la empresa.

Contar con la confianza de su grupo y no convertirse en un microgestor. Si sus empleados tienen la sensación de que están vigilados, conseguirá crear un ambiente de desconfianza.

Debe contar con la virtud de la integridad: un líder no será eficaz si sus subordinados y sus superiores desconfían de él. Un líder no puede decir algo a sus empleados y luego actuar de manera diferente a lo dicho; podría ser visto como poco capacitado. Una plantilla que no respeta al líder sufriría un descenso en la calidad del trabajo y en la productividad en general.

Una característica muy a tener en cuenta es la capacidad para tomar decisiones, sobre todo bajo presión o en momentos difíciles o duros. Creo que las mejores decisiones son aquéllas que se toman con pleno conocimiento de causa.

Debe ser positivo y optimista. Su positivismo puede y debe representar a los empleados en reuniones fuera de la empresa y dentro de la misma también, ya que los suyos han depositado su plena confianza en él. Las situaciones diarias no son siempre las ideales, hay días que hubiera sido mejor no levantarse de la cama, pero como líder se espera que encuentre la solución para salir de una mala situación.

Y por último, un líder debe establecer unas metas que lleven a la empresa en una dirección determinada y adecuada. Y sobre todo, considero de bastante importancia: mejorar el ambiente laboral, si es posible, porque así mejoraría también el rendimiento, aunque conseguir un ambiente laboral equilibrado, reconozco que es una tarea difícil de conseguir. Todos sabemos que el bienestar en el trabajo es uno de los aspectos básicos y más importantes que influyen sobre nuestro rendimiento y es por ello, que los dirigentes juegan un papel más importante aún.

Con estas manifestaciones, trato de exponer una forma de convertir un lugar de trabajo en un entorno más atractivo para poder favorecer un mayor rendimiento de todos los recursos humanos que forman las empresas y con un líder idóneo a la cabeza, estoy segura que esas empresas avanzarán.

Por lo tanto, y para finalizar, mantengo la misma pregunta, el líder ¿nace o se hace?. Lo dejo a la opinión del lector.

Carmen Roldán Galán.
Ceca Magán Abogados